Atribuir un nombre concreto a un personaje no es una de la tareas más fáciles del escritor, aunque lo parezca. Recientemente, un autor me hizo algunas consultas al respecto de cómo acertar con el nombre de sus personajes y sobre qué tipo de nombres se podían utilizar y cuáles no. Aunque depende mucho del tipo de novela y de personaje, aquí os dejo algunos consejos que os irán muy bien a la hora de decidiros por un nombre u otro para vuestros personajes de ficción.
1. Cuidado con abusar de nombres anglófonos
Los autores noveles tiene tendencia a dar nombres anglófonos a sus personajes por la influencia de la televisión, el cine y los bestsellers. A menos que la acción de tu novela se sitúe en el extranjero o en un entorno muy cosmopolita, evita esto porque si lo haces, los lectores se identificarán menos con esos personajes que viven en Zaragoza y se llaman Harry o Zoe y el editor te pedirá con total seguridad que le cambies el nombre a tus personajes.
2. No le tengas miedos a los nombres más comunes
No pienses que llamar a tus personajes con nombres comunes como Luis, Andrés, Elena o Sandra le quitará fuerza a la intriga de tu novela. Si tu historia se inspira en hechos cotidianos, intenta ponerle a tus personajes nombres cotidianos. Pero como el nombre es lo primero que el lector suele conocer del personaje, debes intentar buscar nombres que se graben en el lector, que se asocien con el personaje y con su personalidad.
3. ¿Cómo dices que se llama ese personaje?
Incluso si tu novela es de género fantástico, intenta que los nombres no sean ni demasiado largos ni demasiado complicados. Es decir, utiliza nombres que sean pronunciables y fáciles de recordar. Por otro lado, la musicalidad de un nombre puede dulcificar o endurecer la personalidad de tus personajes.
4. En la variedad está el gusto
A menos que tu idea sea que todos los miembros de una familia tengan nombres compuestos por José porque el bisabuelo se llamaba así, intenta que los nombres de tus personajes se distingan unos de otros para que el lector sepa inmediatamente de qué personaje se trata y no lo confunda con otro. Al lector no le gusta preguntarse a mitad de la novela: “Y entonces, este personaje, ¿quién es?”.
5. El nombre y la personalidad de tu personaje
Los nombres tienen una significación y el lector los puede asociar con un carácter o personalidad determinada. Esto es importante a la hora de elegir un nombre para cada uno de vuestros personajes. Así, una mujer que se llame Eva o Vanesa provocara una imagen diferente al lector que otra que se llame Dolores o Remedios. Lo mismo ocurre con los nombres masculinos: no tenemos la misma imagen de un personaje que se llama Óscar o Jorge que de otro que se llama Raimundo o Sebastián. Te puede ayudar buscar el origen de los nombres para intentar ver si se adapta bien a la personalidad de tu personaje.
6. ¿Woody Allen, Imanol Arias, Penélope Cruz, Victoria Abril?
A la pregunta de si se pueden utilizar nombres de personajes famosos para los personajes, mi respuesta es que mejor no, no hay necesidad, salvo que sea un mote o sobrenombre del personaje (P.Ej: “A Andrés sus amigos le llamaban Imanol, por su gran parecido con el actor”). Recurriendo a nombres de famosos, el autor demuestra falta de creatividad e imaginación y además confunde al lector que inmediatamente asociará a tu personaje con el famoso. Sí, en cambio, puedes decidir que uno de tus personaje se parezca físicamente a Woody Allen o a Imanol Arias y describirlo igual, pero le llamas de otra manera, por ejemplo, John Sanders o Antonio Ruiz… .
7. Mi vecino se llama igual que uno de mis personajes
En cuanto a utilizar nombres que ya tengan otras personas en la vida real, mientras no estés hablando de estas personas en concreto y de su vida privada, y solo utilices un nombre que resulta ser igual, en este caso no tiene por qué haber ningún problema. Un autor me preguntaba si llamar a un personaje de una manera y que, luego se dé la circunstancia de que exista alguien que se llame igual, le podría ocasionar problemas legales. La verdad es que es lo dudo. Es imposible saber si cada nombre que nos inventamos para la ficción ya existe en la realidad. Puedes verificar en Google que no sea el nombre de alguien conocido, pero si no lo es, adelante.
Imagen: PhotoDollarClub