El primer borrador de tu manuscrito es la materia prima de la que saldrá tu libro. Creo que uno de los momentos más atractivos para un escritor, además de cuando ve publicada su novela, es cuando la idea empieza a cobrar forma en el papel. Empiezas con la primera palabra, la frase, el párrafo, la primer folio y cuando llegas al primer capítulo, respiras con alivio y piensas: “Voy por buen camino”. Todo es ponerse y a partir de aquí empieza la aventura de escribir, la sorpresa de cómo será el primer borrador de la novela una vez que pones el punto final. Por eso es importante afrontar el primer borrador de tu libro con dedicación y entusiamo
Porque hay que tener determinación, disciplina, coraje y sobre todo los dedos listos y la mente clara para teclear tu historia y dejarla salir, que fluya, que tus personajes cobren vida y la historia vaya tomando cuerpo… Una aventura en la que el escritor está solo, porque la escritura es para valientes, para los que se atreven y arriesgan. Como todos los artistas, el escritor crea su obra en soledad antes de compartir el resultado con su público, en este caso con sus lectores. Pero, ¿cómo tiene que enfrentarse el escritor a este primer borrador? Aquí tenéis algunas pistas que quizá os ayuden:
1. Hazte un pequeño esquema que te sirva de guía
Si tienes claros algunos aspectos de la trama, este esquema te servirá de apoyo, lo cual no quita para que sobre la marcha vayas añadiendo escenas que vayan surgiendo.
2. Vuelca lo que llevas dentro
Este es el momento para dejarte llevar y volcar tu historia en los folios en blanco. No te cortes, no te controles. Ahora escribe lo que tengas dentro. Ya llegará el momento de pulir, cortar y corregir. Cuenta la historia.
3. No te obsesiones con el título
Lo normal es que toda obra empiece con un título, pero no pienses que será el definitivo. Te sorprenderás al ver que el título que tenías en mente cuando empezaste a escribir tu borrador, al final no tuvo nada que ver con el título final de tu obra. Esto lo podrás decidir cuando tu manuscrito haya sido revisado, corregido y esté pulido. En el proceso de reescritura algunos aspectos de la historia y la trama pueden variar lo suficiente como para cambiar el título que ya habías pensado.
4. No te dejes llevar por el desanimo
Todo empieza con la ilusión y la euforia de ponerse a escribir y ver como se van llenado las páginas, hasta que de repente llega el parón, el bloqueo, la falta de ideas para continuar lo que parecía que iba a ser fácil… No te vengas abajo. Si estás bloqueado, deja reposar el libro durante un tiempo, refresca tus ideas y cuando lo retomes seguramente reiniciarás tu escritura de una manera más fresca y optimista.
5. Mejor poner que quitar
Ahora es el momento de poner, de volcar tus ideas, tus emociones, tus sentimientos. Luego, una vez terminado el primer borrador, entonces si que tendrás que seguir la máxima de “mejor quitar que poner” porque será en el momento de la reescritura cuando veas con más claridad lo que le sobra a tu texto.
6. Los errores son de humanos
En todos los manuscritos hay errores. No te engañes. No pienses ni por un momento que tu primer borrador será lo que publiques. Sería un grave error por tu parte. El autor está tan familiarizado con su texto que hay detalles, errores, incoherencias que se le escapan. Si puedes, pon tu manuscrito en manos de algún profesional de la edición para una primera lectura crítica. No te avergüences al pensar en los posibles errores de tu primer borrador. Es normal y ahora es el momento de corregirlos y revisarlos. Todos comentemos errores, pero lo bueno es que estás a tiempo de detectarlos.
7. Distánciate de tu manuscrito durante un tiempo
Cuando lo hayas acabado y hayas puesto el punto final al primer borrador, antes de pensar en reescribir, revisarlo o corregirlo, guárdalo en un cajón y distánciate de tu obra por un tiempo. Lo necesitas para volver a leerlo con una mirada fresca.
8. Desconfía de los comentarios de familiares y amigos
La verdad es que, aunque lo hacen con buena intención, suelen ser los críticos que menos necesitas para tu obra porque normalmente suelen devolverte alabanzas y decirte lo bien que escribes, sin pensar en los fallos. Busca una opinión imparcial si te tomas tu manuscrito en serio.
Y sobre todo: No te olvides es escribir con entusiasmo, disciplina y creyendo en tu trabajo. ¡Ánimo y a seguir escribiendo!
Imagen: PhotoDollarClub