El final es el momento más importante de la novela y si el autor consigue resolver bien la intriga, hay muchas más posibilidades de que el editor se interese por el manuscrito y que los lectores recomienden el libro. Aunque este tema ya lo he tratado en otro artículo del blog, creo que es importante volver a comentarlo porque últimamente, trabajando como asesora literaria, me encuentro con errores recurrentes en algunos de los manuscritos que corrijo y que el escritor —sobre todo el escritor novel— debe intentar evitar para conseguir un buen final que guste a editores y a lectores. A modo de recordatorio, estas son algunas de las cuestiones que debes evitar al final de tu novela para conseguir un desenlace creíble que no decepcione a los lectores:

1. Introducir personajes nuevos en las últimas páginas de tu libro

Debes evitar esto o añadir nuevas intrigas de carácter secundario al final de la historia. Lo recomendable es que personajes e intrigas deben aparecer antes de las últimas 50 páginas de tu novela.

2. Cambiar el tono del narrador

Esto confunde mucho al lector y puede dar la sensación de que ha aparecido un narrador nuevo al final de la historia.

3. Introducir largas descripciones o explicaciones

Cuando la novela está llegando al final, es mejor concentrase en la acción para ir resolviendo los conflictos que se han planteado en la trama. Ten en cuenta que si al final de tu novela tienes que explicar muchas cosas, es que no las has explicado bien al principio y esto confunde al lector y no le gusta al editor.

4. Incluir giros de última hora en la trama que no resulten creíbles

Para evitar esto, lo mejor es ir dando pistas desde el principio para avisar al lector de que podría suceder algún giro imprevisto y que la trama no pierda credibilidad.

Cuando leo una buena novela siento que, al mismo tiempo que tengo ganas de saber cómo acaba, de alguna manera quiero alargar esa lectura, seguir leyendo pero que no acabe la historia y poder pasar más tiempo con sus personajes y con el narrador. Como lectora, mientras voy leyendo y nuevas intrigas y personajes aparecen, me voy creando unas expectativas sobre qué pasará y cómo acabará. Si esas expectativas no se cumplen, si el autor no termina de explicar bien una parte de la trama, no resuelve bien la intriga o deja olvidado a algún personaje, entonces mi sensación es que no he leído una buena novela.

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