Antes de crear a los personajes de tu novela hazte algunas preguntas para conocerlos bien: ¿Qué deseos les mueven? ¿Cuáles son sus debilidades? ¿Cuáles son sus puntos fuertes y sus grandezas? ¿Dónde viven? ¿Están casados? ¿Es un asesino en serie?, etc… Antes de dar vida a tus personajes, piensa bien cómo son, qué hacen, a qué se dedican, cuál es el problema, la búsqueda o el enigma al que se enfrentan, sus miedos, sus dudas, sus sueños, sus proyectos…La valoración de los personajes es una parte muy interesante del análisis literario que llevo a cabo con los autores que confían en mi desde mi Asesoría Literaria. Conocer bien a tus personajes, hacerlos reales y creíbles es fundamental para que tu historia tenga pilares sólidos. Si no conoces a tus personajes, tu novela cojeará. Pero además de conocerlos bien, hay algunos errores que debes evitar a la hora de construir personajes sólidos y creíbles:
1. No caigas en el error de describir un día normal
Las escenas con detalles cotidianos, superfluos y anodinos que no añaden nada al personaje y que se alargan durante páginas, describiendo la rutina del personaje, pueden aburrir al lector más motivado del mundo. La idea de que plasmar con todo lujo de detalles el día a día puede ser interesante y de que la rutina diaria del personaje puede aportar datos relevantes de su personalidad no siempre funciona, sobre todo si se abusa de ello. Insinuar detalles del carácter de los personajes puede aportar más información que contar que se ducha con agua templada y se come una tostada con mermelada para desayunar… Cuando el lector tiene la sensación de ser testigo de una lista de tareas domésticas de cada uno de los personajes la única solución es usar las tijeras y cortar por lo sano, créeme.
2. Recurrir a la infancia del personaje de manera excesiva y recurrente
A veces el autor recurre a explicar los problemas de su protagonista a través de un análisis pormenorizado de su infancia. Pero a veces, muchas veces, el lector no necesita saber la explicación basada en su infancia y la de sus padres de porqué el personaje tiene miedo al compromiso, es un solitario, o se pasa la vida de relación en relación…Esto puede llevar al autor a quedar atrapado en un laberinto de explicaciones sin fundamento que no aportan nada a la historia: que si el padre de fulanito hizo esto porque su padre le hizo aquello y entonces fulanito actuó así y su novia le dejó porque su madre le dijo cuando era niña que…. Un bucle, lo dicho…Una cosa es que el personaje tenga un pasado, pero hay que tener cuidado con la relación que se le quiere dar a ese pasado y a la historia que el autor quiere contar. Ocurre que los autores noveles suelen estar a veces más interesados en el pasado de sus protagonistas que los lectores, a los que muchas veces les sobran todos esos antecedentes y explicaciones.
3. Hacer demasiado simpático a un personaje
Las personas perfectas no existen. No son creíbles, Los personajes que siempre están contentos, de buen humor, y son simpáticos las 24 horas al día resultan cargantes para el lector que no empatiza con ellos porque sencillamente no se lo cree. El autor tiene que intentar que sus personajes se parezcan a la gente real, con sus altibajos, sus momentos buenos y malos, sus debilidades y flaquezas. Si son demasiado perfectos al lector no le caerán bien… más bien todo lo contrario.
Imagen: Photo Dollar Club