Cuando unimos y enlazamos las palabras en frases y luego en párrafos es cuando empiezan a surgir las dificultades para conseguir un estilo adecuado a lo que queremos expresar como escritores. Al redactar párrafos e ir configurando las páginas de una novela es cuando un escritor puede caer en errores que debe evitar si no quiere que su novela sea impublicable. A continuación os explico algunos errores que se citan en el manual Cómo no escribir una novela y que os vuelvo a aconsejar que os leáis:
1. El estilo minimalista
Si quieres que tu novela funcione, se necesitan detalles para que la historia cobre vida ante el lector. En ficción, lo que no describes, no existe. Pero esto no quiere decir que tengas que describir cada detalle de cómo van vestidos tus personajes o que es lo que hacen en cada instante de sus vidas. El escritor tiene que decidir qué detalles son más importantes para explicarlos más a fondo y cuales no son tan necesarios y se pueden describir de forma más resumida. Todo lo que sea relevante debe explicarse bien al lector y con un estilo vivo.
Las descripciones desnudas no ayudan demasiado porque una descripción bien hecha y con acierto nunca será un estorbo para la trama ni aburrirá al lector, todo lo contrario y cito una frase de este manual que lo describe perfectamente: “Es como la grasa humana: demasiado es poco saludable, pero sin ella solo nos quedaría el esqueleto”. Así que intenta no dejar tus novelas desnudas con un estilo minimalista ni recargar las descripciones en exceso.
2. Enumeraciones que sustituyen a las descripciones
Hay autores que confunden hacer un inventario con describir. Para describir un lugar no tienes que fijarte en los objetos comunes que todo el mundo ya se imagina que hay en un salón o en un dormitorio, lo que hay que describir es lo que hace singular ese lugar o ese espacio. Intenta huir de descripciones de este tipo: “El dormitorio tenía una cama y un armario para la ropa. Había una ventana con unas cortinas echadas y una silla para dejar la ropa. A ambos lados de la cama había dos alfombras….”. Esta descripción sí que es aburrida, y anodina. Intenta fijarte en los detalles que hacen de esa estancia algo particular y diferente y captarás la atención del lector.
3. Repetirse para que al lector le quede claro.
Si has dicho una cosa, si has afirmado algo, no lo repitas de nuevo, no insistas repitiéndolo de otra manera o haciendo que el personaje lo vuela a decir en un diálogo… es decir, no repitas en el mismo párrafo que el viejo era calvo, por ejemplo, si ya lo has dicho una vez. Y sobre todo intenta evitar frases del tipo: “Llevaba un sombrero en la cabeza” o “Era un elefante muy grande y gris”. Intenta ir a los detalles que singularicen lo que estás describiendo, no recurras a descripciones obvias. Es aburrido y no añade ninguna información relevante ni interesante.
Fuente: Cómo no escribir una novela. Seix Barral