Cuántas veces los escritores se sientan delante del ordenador durante horas para descubrir finalmente que lo único que han hecho es mirar a la pantalla esperando que las palabras y las ideas llenen la página en blanco… y se pregunta dónde está la inspiración. El escritor mira su reflejo en la pantalla, traspasa la profundidad insondable del vacío con la mirada pérdida y en blanco como la pantalla del ordenador…. Bueno, dicho así suena exagerado y dramático, pero muchos de los escritores que acuden a mi Asesoría Literaria saben que estos momentos existen y que necesitan herramientas para vencer ese temor a la página blanco y a la falta de inspiración.
También ocurre lo contrario, es decir, que un escritor que está rumiando una novela, por ejemplo, después de ver una película inspiradora y emocionante o de escuchar una pieza de música cautivadora, de repente siente la necesidad y el impulso de sentarse frente al ordenador y empezar a escribir todo lo que lleva en la cabeza….
Simone de Beauvoir: «Escribir es un oficio que se aprende escribiendo»
Pero como ya hemos comentado en alguna ocasión, el miedo al folio en blanco es más bien un mito que en algunas ocasiones puede llegar a convertirse más bien en una excusa porque la inspiración nace en muchas ocasiones el trabajo y de la planificación del escritor. Escribir no es fácil y como dijo Simone de Beauvoir: «Escribir es un oficio que se aprende escribiendo». Un escritor, para serlo realmente y ser bueno, necesita habilidades creativas, disciplina, planificación, capacidad de observación y de análisis y después, inspiración. Si buscamos la inspiración sin tener lo demás, la escritura creativa no funciona. Pero es cierto que la inspiración es necesaria y cuando un escritor que tiene todas las demás habilidades no la encuentra, entonces quizá tendrá que enfrentarse en alguna ocasión a la imagen del principio de este artículo y ver tan solo su rostro reflejado en la pantalla. Así que aquí os dejo unos consejos muy prácticos y elementales para permitir que la inspiración te llegue cuando la necesites:
1. Alimenta tu imaginación
Ten una cuaderno de notas en el que vayas escribiendo todas las ideas que vayas teniendo para no desperdiciar ninguna. Nunca se sabe de cuál de ellas te puede llegar la inspiración.
2. Cuídate y haz ejercicio
Alimenta tu cuerpo además de tu mente y tu imaginación. Sentirte bien por dentro te ayudará a sentirte bien por fuera y de esta manera tu mente estará más predispuesta a recibir y a crear ideas.
3. Observa lo que te rodea
Tienes que ser como una esponja. Todo tiene que llamar tu atención: la gente, las conversaciones, el paisaje, el arte, los viajes ….Que no se te escape nada, la vida es una gran fuente de inspiración, no busque solo dentro de ti.
4. Visitar exposiciones de arte, ir a la cine, al teatro, leer buenos libros, escuchar música…
La cultura, el arte, la literatura, la música… todo es un ejercicio para tu imaginación y un masaje creativo para tu mente. Todas estas experiencias atraerán la inspiración que buscas sin que te des cuenta.