Cuando hago correcciones de estilo de los manuscritos de autores con los que trabajo en mi Asesoría Literaria, observo que en algunas ocasiones suele haber cierta confusión con el uso de los tiempos verbales en pasado. En el libro de Silvia Adela Kohan Cómo lo reescribo. La herramienta del escritor lo explica muy bien y creo que merece la pena dedicar un artículo a esta tema que os resultará muy práctico. No existe un solo pasado, así que es bueno recordar para que sirve cada uno y cual es su uso correcto:
1. Imperfecto ( Terminado en “aba” o “ía”: yo amaba/ yo quería)
Expresa una acción que se desarrolló en el pasado pero que no se sabe exactamente cuándo ni durante cuanto tiempo. Además expresa una acción pasada, pero contemporánea a otra también pasada y con respecto a esta, representa un presente, una simultaneidad; y con respecto a la actualidad, representa un pasado. Es el pasado evocado como si estuviera ocurriendo, con un matiz de presente inacabado. Se le llama el “tiempo hilván”. El imperfecto tiene valor descriptivo y la acción no queda definitivamente cerrada:
Se miraba las manos sin dejar de gesticular
2. Pretérito indefinido (Yo amé)
Es el pasado evocado como algo ya ocurrido y terminado. Debería utilizarse en las acciones realizadas en el momento del tiempo definido. Se le llama “tiempo punto”:
Ayer leí tres periódicos
3. Pretérito perfecto (Yo he amado)
Se refiere a acciones cuyo momento no está indicado. El momento en que sucede es indeterminado.
He leído tres periódicos (¿Cuando? ¿una vez al día? ¿un día? ¿En toda mi vida?)
4. Pretérito anterior (Yo hube amado)
Este tiempo verbal se utiliza para acciones pasadas, pero anteriores las unas a las otras y con un breve intervalo entre sí.
Cuando hube dejado de leer, me fui al cine (las dos acciones están unidas por una relación de sucesión casi inmediata)
5. Pluscuamperfecto (Yo había amado)
Este tiempo verbal es similar a lo que expresa el pretérito anterior, pero con el pluscuamperfecto, entre una acción y otra transcurre un lapso de tiempo mayor. Permite desarrollar la acción del pasado en el pasado.
El creyó que ella lo había hecho (había hecho es anterior a creyó)
Como indica Silvia Adela Kohan en su libro “Combinar formas del presente, del pasado y del futuro en el mismo relato genera un ritmo difícil de conseguir con otros medios. Mantiene interesado al lector y pendiente de lo que pasa, lo que pasó y lo que pasará”.
Fuente: Cómo lo reescribo. La herramienta del escritor. Silvia Adela Kohan