Los personajes secundarios pueden aportar mucho valor a tu novela. No hay que descuidarlos y debes tratarlos de manera que sean útiles para el argumento. El protagonista será quien lleve el peso de la intriga y por eso hay que realzarlo y destacarlo en el conjunto de los personajes. La función del resto de personajes es la de respaldar a tu protagonista, darle relieve. Por eso es importante darles el valor que les corresponde en el texto, ya que pueden ser de gran ayuda al personaje principal de la novela y para la intriga. Los personajes secundarios se podrían agrupar en tres grupos y cada uno aportará un valor diferente a la trama:
1. Los figurantes
Su función principal es la de dar realismo a una historia o a una escena. Se pueden comparar a los figurantes de las películas y no deben tener demasiada importancia en el conjunto del argumento. A veces, un personaje estereotipado puede ser un buen figurante porque hace simplemente lo que el lector espera que haga y puede desaparecer de la historia sin más problemas. Son realmente los comodines de la intriga.
2. Los personajes menores
Son más importantes que los figurantes y su finalidad es ayudar a crear el ambiente idóneo para la historia. Son personajes de los que el lector se acordará y darán más profundidad al argumento, sin que necesariamente sean necesarios para el desarrollo de la intriga. Se pueden destacar por su excentricidad, por una obsesión, por su sentido del humor o por ser algo terroríficos. Su particularidad es que suelen ser exagerados o apasionados en sus acciones, pero tampoco necesitan ser personajes con demasiada profundidad. En Los Miserables, por ejemplo, el personaje de Gavroche, es un personaje menor. Es el niño pequeño que apoya la causa de la revolución y muere al final heroicamente. La historia sería la misma si este personaje no estuviera, pero su papel aporta profundidad a la escena de las barricadas.
3. Los aliados de los héroes
El Dr. Watson de Sherlock Holmes. Él no es el personaje principal, aún así sin él la intriga sería totalmente diferente. Los héroes de las novelas necesitan un personaje que les respalde y apoye. El hecho de que sean un apoyo para el protagonista no quiere decir necesariamente que estén de su lado…Este personaje podría ser un enemigo, un compañero sentimental, un familiar…Su función es darle la réplica al personaje protagonista y para equilibrar los rasgos de personalidad de este último. El altruismo de Watson contrata con la individualidad de Shelock Holmes y es el contrapunto a la actitud insensible y fría del detective. Así pues jugar con los contrates es importante para reforzar la personalidad de los protagonistas de vuestras novelas. También ayuda a hacer avanzar la intriga poniendo obstáculos en el camino del personaje principal, aunque no sean enemigos. Por ejemplo, el protagonista de Los miserables, Jean Valjean, encuentra su contrapunto en Javert, su enemigo, que contrasta y a la vez realza la personalidad del héroe y ayuda al desarrollo de la acción.