Además de talento, un escritor necesita herramientas y recursos para escribir mejor. Cuando trabajo con algún autor en un análisis literario de un manuscrito intento darles consejos que puedan aplicar en ese caso concreto y en la escritura en general. Para trabajar en cualquier borrador de un libro hace falta constancia, compromiso y buena disposición por parte del autor porque llegar a ser un escritor profesional es un trabajo que lleva tiempo y esfuerzo. Os dejo a continuación algunos  consejos prácticos que quizá os ayuden en el momento de poneros a escribir:

  1. Intenta evitar el abuso de la voz pasiva, salvo que escribas una novela de ficción histórica. Siempre escribirás mejor si usas la voz activa en tus relatos.

2. Utiliza el borrador para descubrir cuál es la voz narrativa más adecuada para tu relato. No pienses que tu primer borrador es el definitivo. El primer borrador te ayudará descubrir a los personajes, a perfilarlos y a adaptarlo mejor al argumento y a la trama.

3. Conéctate con otros escritores y apúntate a clubs de escritura creativa para compartir experiencias, información y recursos creativos y literarios.

4. Encuentra a alguien que pueda leer tu manuscrito de manera objetiva y que te pueda dar una opinión profesional antes de empezar con la reescritura de tu manuscrito. Los asesores literarios te pueden ayudar a mejorar mucho tu obra.

5. Ponte objetivos. Planifica. Organiza tu trabajo e intenta escribir un poco cada día. No te rindas. Aunque un día estés cansado o estresado, no abandones la rutina de escribir y tomar contacto con tu obra, aunque sea media hora diaria.

6. Intenta que la historia de tu libro haga sentir o pensar a tus lectores. Y si puedes conseguir que sientan y piensen al mismo tiempo, mejor.

7. Compara tus primeros textos con los actuales para comprobar cómo ha mejorado tu escritura. Es muy interesante comprobar como textos que hace un año te parecían buenos, ahora no te lo parecen tanto. Dejar reposar el manuscrito es un ejercicio muy sano.

8. Practica la empatía. Ponte en la piel y en los zapatos de los demás para desarrollar tus historias y para crear a tus personajes.

9. Concéntrate en las escenas que realmente importan, en las que hacen avanzar a la acción. No te recrees ni entretengas en escenas en las que tus personajes hablan de cuestiones anodinas que no conducen a nada y que frenan la historia sin aportar nada.

10. Revisa los datos y la información que pones en tu libro. El lector muchas veces se da cuenta. Merece la pena que verifiques la información dos veces para no caer en errores de documentación que le restan credibilidad a ti historia y a tu trabajo. Sobre todo si tu novela es histórica, cuida mucho las fechas y datos. Los lectores saben mucho.

Imagen FreeDigital Photo by Nokhoog