Cuando un autor da el paso de buscar asesoría literaria para su obra, es porque es consciente de que el trabajo del escritor empieza con la reescritura. En mi caso, trabajar con escritores es muy gratificante. Apasionarme con cada nuevo manuscrito que me confían para revisar, corregir o hacer el análisis no es difícil. Y disfrutar del reto que supone trabajar con el diamante en bruto de un escritor, con la materia prima que es su primer borrador, es lo mejor de mi trabajo, además de conocer a personas increíbles.
Ver cómo evolucionan sus relatos, sus novelas o sus manuales es realmente enriquecedor para mí. El asesor literario se convierte en un técnico de las palabras y de las emociones. No se trata solo corregir y revisar palabras, detrás de cada palabra, cada frase, cada párrafo y cada capítulo se esconde una obra en la que cada autor ha puesto mucho trabajo, emoción, creación, imaginación, tesón y pasión. En mi trabajo como asesora literaria intento cultivar el respeto hacia los autores que confían en mí y que me confían sus manuscritos y sus obras. Respeto y discreción son las bases de mi trabajo. Y sinceridad. Intento corregir y asesorar de una manera sincera y respetuosa con el estilo de cada autor. Y por supuesto, algo muy importante, conseguir una comunicación personalizada con cada autor, intentado conocerles antes de empezar a trabajar con sus obras. Cuando el trabajo termina, se mantiene una relación en la que intento resolverles cualquier duda que les vaya surgiendo.
Me doy cuenta de que no se puede agradar a todo el mundo, pero yo tengo la suerte de encontrarme con autores agradecidos y humildes que buscan asesoría y apoyo con sus manuscritos porque quieren mejorar sus obras, y esto es muy gratificante. Es cierto que cada autor debe valorar mis comentarios y correcciones y decidir cuáles le parecen acertadas y reescribir sus obras de acuerdo a sus criterios. Esto es importante.
Cuando un autor se pone en contacto conmigo buscando asesoría, intento aconsejarles sobre lo que creo que necesita su obra. En algunos casos, por ejemplo, si el autor ya ha publicado alguna obra no les aconsejo el Informe de lectura que es más útil a una autor primerizo que antes de solicitar un Análisis literario de su obra, más a fondo, necesita saber qué impresión causa su lectura. Del mismo modo que nunca aconsejo a un autor que se solicite una corrección de estilo de su primer borrador, sin antes haber hecho un editing o informe literario para saber si el fondo y la forma de su obra funciona en cuanto a estructura, trama y personajes.
También contactan conmigo autores que han escrito una biografía o relatos de viajes y quieren publicarlo solo para regalarlo a sus familiares y amigos. En este caso, suelo aconsejarles directamente la corrección de estilo, porque no tiene pretensiones comerciales con sus obras. Es muy interesante trabajar con estos autores, que son muy agradecidos y disfrutan muchísimo con la corrección de sus relatos. Y siempre les aconsejo que se busquen ayuda profesional para maquetar y hacer el diseño de la portada de su libro.
Es importante que el autor se sienta cómodo con el asesor literario al que le encarga la revisión y lectura de su manuscrito. Se establece una relación muy particular, ya que a veces muchos autores sienten un pudor muy particular en pasar el primer borrador de su novela a alguien desconocido. Alguno incluso me lo ha confesado. Pero lo importante es que sea alguien imparcial y objetivo quien haga este trabajo. Un familiar o amigo se siente demasiado vinculado al autor para poder darle una opinión objetiva.
Un asesor literario se convierte casi en un confesor del autor, en su coach, confidente o consejero con respecto a su obra. Y este asesor tiene que ser alguien creíble, que le dé confianza al autor. Es fundamental para que la relación fluya y que autor y asesor se sientan cómodos el uno con el otro. Me apasiona mi trabajo, cada día es una aventura y me siento muy agradecida de poder trabajar con autores como los que se acercan a mi web y me piden asesoría y consejo. Un trabajo para disfrutar y apasionarse. Esto es para mí ser asesora literaria. Gracias a todos los autores que día a día me confiáis la lectura de vuestras obras. Es un placer.
Imagen: Photo Dollar Club