Cuando hablamos de cómo utilizar correctamente los verbos, es importante conocer cómo usar el gerundio. Su uso abusivo resulta molesto y recargado, además de dar la impresión de que el autor es inexperto y poco hábil en la redacción.  Y este es uno de los fallos que suele detectarse en la corrección de estilo de un manuscrito.

El gerundio se utiliza para expresar continuidad y para potenciar una narración en este sentido, como vemos en los siguientes casos :

1. Como complemento de verbos que indican movimiento:

Íbamos saltando por la calle cuando el policía nos llamó la atención

2. Se utiliza en oraciones subordinadas que pueden expresar simultaneidad o anterioridad con respecto a la acción de la oración principal:

Luchando por sobrevivir, el soldado se refugio en la trinchera.

Sonando la alarma, tuvimos que desalojar el edificio.

 El gerundio no debe utilizarse en los siguientes casos:

1. Para expresar una acción posterior a la del verbo de la oración principal y este error se produce con bastante frecuencia:

El ladrón consiguió escapar siendo detenido unas horas más tarde

2. Si se utiliza en función adjetiva, puede dar lugar a equívocos:

Antonio vio a su prima saliendo del cine (¿quién salía del cine, Antonio o su prima?)

 En general, el uso exagerado del gerundio nos recuerda a un estilo administrativo y jurídico, que suena algo anticuado. Además suele sonar demasiado solemne, por lo que la comunicación y el mensaje se hacen más pesados y podo adecuados. Como su uso en la narración da una sensación de lentitud, debe evitarse en relatos de acción rápida.

Un consejo: Para darle un tono más ágil al relato se pueden sustituir los gerundios por tiempos del indicativo en presente o en pasado:

Me pidió que le prestará dinero siendo del todo imposible se puede sustituir por :

Me pidió que le prestará dinero. Me resultó del todo imposible.

Habiendo terminado, me alegré se puede sustituir por:

Llegué y me alegré