Esta semana me ha inspirado la frase de la imagen que acompaña a este artículo: “Escribe sin miedo. Edita sin piedad”. ¿Por qué? Pues porque pienso que  debería ser un mantra para los escritores que se inician en el oficio de escribir. Hay que lanzarse, escribir sin miedo —que no quiere decir escribir sin pensar ni meditar lo que se va a escribir— y después editar sin piedad, es decir, corregir sin miedo  y sin excesiva prudencia.

«Si puedes contar historias, crear personajes, idear incidentes y tienes sinceridad y pasión, no importa en absoluto cómo escribas» Zadie Smith

Habrá autores “brújula”  que, como ya os he comentado en otras ocasiones, se dejan llevar sin planificar mucho por dónde irá la trama; y habrá autores “mapa”  que necesitarán un guion o escaleta antes de empezar a escribir. Los dos estilos son válidos; lo importante es trabajar de la manera que más se ajuste a tu forma de escribir y de afrontar la escritura. En cualquier caso, una vez le pierdas el miedo  a escribir en un papel en blanco, también tendrás que perderle el “respecto” a editar  y a corregir ese primer borrador de tu novela, para trabajar lo que será la versión final y definitiva que necesitará muchos borradores y mucha edición antes de darle por buena.


«Intento dejar fuera las partes que la gente se salta» Elmore Leonard

Ahora bien, como escritor  tienes un trabajo que hacer y es que el lector siga leyendo y  para ello lo más importante será la trama de tu novela. Las malas tramas se pueden evitar teniendo muy claro qué se quiere contar y eliminando todo lo demás. Mi recomendación es que no escribas cientos de páginas sin saber qué es lo que quieres contar exactamente ni expliques al lector por qué quieres contar esa historia antes de contarla.  No  pierdas páginas explicando por qué tus personajes van a actuar cómo lo harán  o qué sucesos del pasado les harán actuar así… En lugar de eso escribe páginas contando la historia porque  eso es lo que el lector quiere leer. Lo cierto  es que muchos escritores arruinan sus tramas antes de que comiencen por un planteamiento equivocado o un inicio poco atractivo.

Pero sobre todo, lee, lee mucho si quieres escribir, porque cómo dice Stephen King:

“Si no tienes tiempo para leer, no tienes tiempo -ni las herramientas – para escribir. Tan simple como eso”. Stephen King

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