Uno de los mayores problemas a los que se enfrentan los escritores de novela romántica es crear un conflicto  o una serie de conflictos que sean creíbles y que sostengan la historia a lo largo de la trama. El autor debe tener en cuenta que el conflicto es la base y el corazón de la ficción  y es lo que consigue que el lector se interese por lo que va a ocurrir a continuación.

En las novelas románticas, las lectoras ya saben con antelación —o así lo esperan— que la novela terminará bien de una manera u otra. Así que no hay tanta tensión en cuanto al desenlace teniendo en cuenta que ya nos esperamos que al menos sea feliz. Pero la tensión y la emoción deben venir de otras fuentes y otros recursos por parte del autor. Lo que está claro es que esta tensión en parte se desarrollará entre la protagonista femenina y el protagonista masculino.

Una novela romántica debe tener conflictos  tanto internos como externos que mantengan a los dos protagonistas separados y que dificulten el momento en el que se puedan reunir finalmente o conseguir sus objetivos. Y esto es precisamente lo que hará que los lectores pasen una página detrás de otra para descubrir cómo harán los personajes para sortear los obstáculos que los mantiene separados y reunirse felizmente en el desenlace de la novela.

Si quieres que esto ocurra, aquí te dejo algunas claves para conseguirlo:

1.¿Qué quieren tus personajes y por qué les causa algún conflicto?

En una novela romántica tus personajes deben tener metas que intentarán conseguir a lo largo de la trama. Si puedes convertir las metas  y objetivos  de tus personajes en conflictos ya estarás por el buen camino para conseguir una tensión creíble   entre tus dos protagonistas que mantendrá a tus lectores enganchados en la historia. Pero recuerda que  para poder resolver sus conflictos externos, tus personajes tienen antes que resolver sus conflictos internos.

2. Qué está en riesgo si tus personajes no consiguen sus metas

Esto tiene que ser importante. Es decir, que las consecuencias sean importantes, relevantes: tu protagonista masculino se queda sin trabajo o tu protagonista femenina pierde de alguna manera su libertad. Si un personaje ha apostado 30 euros no parece que con esto esté arriesgando mucho ¿No te parece? Pero sí puede ser importante si esta apuesta tiene un significado más importante para ella, es decir, que se apuesta esa cantidad a que  en menos de dos meses encuentra un trabajo. Entonces esta meta sí que es relevante porque lo que ella está arriesgando no son realmente 30 euros sino su capacidad  para encontrar un trabajo en dos meses.
En la novela romántica, cuando hay dos personajes luchando por conseguir sus metas estas deben ser  de similar importancia.  Asegúrate de que tus lectores se preocupan por  el éxito de las metas que persiguen ambos personajes y no solo de uno de ellos.

Tus protagonistas deben dirigir sus esfuerzos hacia algo realmente relevante y que tenga un significado importante para ellos: mantener una propiedad familiar, hacer justicia, rescatar a alguien de un peligro…Y los lectores debe  sentir empatía por los esfuerzos de estos personajes.

Recuerda que en una novela romántica  los lectores deben sentirse atraídos y sentir empatía por los dos protagonistas.

3. ¿Tus personajes hacen cosas realistas para conseguir sus metas?

Mientras  la trama de tu novela se desarrolla escena a escena, asegúrate de que tus personajes reaccionan a las diferentes situaciones de manera que se entiendan bien y con lógica. Es decir, si tu protagonista masculino conoce a la protagonista en la página 1 y le promete su amor eterno en la página 2, y persigue por el pueblo  sin parar a la chica para probar que dice la verdad en la página 3, los lectores no van a sentir que este personaje actúa con naturalidad sino que resultará forzado y no provocará empatía. Tus personajes deben moverse y actuar por la trama de manera natural y lógica.

Si crees que tus personajes siguen actuando de manera exagera y poco realista quizá es porque sus objetivos son pequeños, forzados, poco ambiciosos o triviales. Pero no es suficiente con plantear  un conflicto creíble, además tienes que resolverlo de manera creíble también.  Es decir, un conflicto, aunque resulte creíble, no tendrá éxito si no termina de una manera que el lector encuentre creíble y natural. Y esto no quiere decir que la solución tenga que ser predecible. Pero la solución no debe depender de la intervención divina o del reloj dando las doce. El conflicto se debe resolver con cambios que sucedan en cada personaje y que les lleven a confluir en un mismo camino.

Si te aseguras de que tus personajes tengan conflictos creíbles, te asegurarás de que tus lectores no puedan parar de leer.

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