Ya vimos en un artículo anterior como la trama es el recurso más importante de una novela y el que más hay que cuidar. Hay algunos errores que se pueden evitar para que la trama no se convierta en una eterna sala de espera en la que no sucede nada. Existen estrategias para conseguir que el lector se interese por la trama de una novela y quiera seguir leyendo. Mantener el interés es fundamental para que la lectura sea interesante, atractiva y apetecible. Os dejo aquí algunos recursos más para que tengáis en cuenta cuando empecéis a escribir o reescribáis vuestra novela:

1. Evitar que los problemas de un personaje se queden sin explicar

Siempre que ocurre un suceso en una novela, el lector espera que el autor lo resuelva o lo explique. El lector se preocupará por estos sucesos y quiere que el autor haga algo al respecto para aclarar los hechos o solucionar el problema. A veces se crean subtramas que quedan sin resolver y despistan mucho al lector. Es más importan que la atención del lector se dirija hacia los problemas del protagonista y que todo tenga se desarrollo y su final. Es decir, que los hechos queden explicados.

2. Un desenlace sin antecedentes

Si tu protagonista va a resolver o a enfrentarse a una situación o un problema mediante una habilidad de la que el autor nos informa cuando el libro ya está avanzado, es mejor que esta habilidad se introduzca desde el principio y que sea una parte importante de la vida de la persona. Lo importante es que ese elemento o cualidad del personaje no aparezca por sorpresa en el momento más oportuno para salvar una situación. No puedes contar que tu personaje, llamémosle Sr. López, de profesión minero, ha enamorado a su amada con un poema de amor en la cena del día de los enamorados, si antes no se dice que el Sr. López tiene desde muy joven una sensibilidad especial para la poesía… por ejemplo.

3. Que los antecedentes revelen el desenlace

¿Quieres crear suspense con tu trama? Pues entonces no tranquilices al lector dándole indicios de que al final todo saldrá bien. Un exceso de confianza en tu protagonista lleva al lector a asumir que el final feliz está asegurado. Y esto arruina el suspense por completo, se pierde todo el interés. Es mejor que el protagonista piense que todo está en contra pero que luche por conseguir lo que quiere, aunque se ponga en peligro.

4. Evitar contar los hechos antes de que sucedan

Si un personaje trama un plan deberían surgir imprevistos e incluso errores aunque al final todo salga según lo planeado. El hecho de que los planes salgan según lo previsto no es interesante para el lector que se desanima fácilmente y pierde interés ante lo previsible de la trama. Contar un plan de un personaje y hacer que luego suceda exactamente como se ha contado es el antídoto contra el suspense y el interés en una trama

Imagen:Photo Dollar Club

Fuente: Cómo NO escribir una novela. Seix Barral