Un escritor dijo en una ocasión que ningún lector lee una novela de misterio para quedarse a medias, lo que quiere es leerla hasta el final. Y es que las novelas de misterio presentan un enigma que el lector debe resolver y descubrir según avanza en la lectura. Las novelas de misterio son como puzles que el lector va montando pieza a pieza hasta llegar al final, y en las que el autor resuelve este enigma o misterio que se ha planteado a lo largo del libro. Por lo tanto no importa qué tipo de misterio se proponga o se investigue a lo largo de la trama —crimen, secuestro, rapto, robo…—, lo que importa es que al final este misterio quede resuelto y aclarado. Para que la novela resulte eficaz en su propósito de intrigar al lector, hay unas cuestiones importantes que el escritor deben tener en cuenta:

1. Nunca aburras a tu lector. Para que esto no ocurra, la intriga en la historia y en el argumento debe ser uno de tus objetivos principales. En muchos géneros se utiliza la intriga, pero es en las novelas de misterio donde cobra especial relevancia y si la intriga no es buena, la novela tampoco lo será. Intriga al lector y tu novela será un éxito.

2. La intriga y el misterio que se plantean en la novela deben ser creíbles y tienen que encajar con el resto de la historia para que resulte interesante. Si el lector no se pregunta quién es el asesino, o el secuestrador o quien sea que resulte ser el culpable de la historia, y si no le interesa saber si ese misterio se resolverá o no, entonces es que algo falla en tu novela.

3. El misterio de la novela tiene que ser un verdadero reto. Nada de soluciones fáciles, obvias o evidentes. Por ejemplo, cuando hay algún personaje o personajes que en un momento dado de la acción estorban al escritor y con los que no sabe qué hacer, y se muere de repente sin venir a cuento para resolver algún conflicto, esto resulta demasiado evidente y fácil y sucede a menudo en las obras de escritores noveles. El escritor debe evitar esto como recurso para salir de un atolladero en el que ha metido a algún personaje y del que no sabe o no puede salir. Empezar a deshacerse de personajes porque no sabes qué hacer con ellos, es un mal camino si quieres que tu novela de misterio resulte creíble.

4. Al lector tampoco le gustan los misterios demasiado fáciles de resolver. Esas novelas en las que antes de la mitad ya te imaginas quién es el asesino, aunque el autor intente ocultarlo, no funcionan. El lector puede haber resuelto el misterio antes que el protagonista —siempre de la mano del autor—, pero nunca en el segundo capítulo… Una novela de misterio tiene que conseguir que el lector sienta que está ante un reto difícil de resolver. Este es el gran “misterio” de las novelas de misterio y lo que obliga al lector a no parar de leer hasta el final. Así se gana uno a los lectores: atrapándolos.

 

 

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