Los adjetivos enriquecen o empobrecen un texto según cómo se utilicen. Poner o no poner adjetivos y adverbios puede transformar por completo la atmosfera de un relato. Así pues, al adjetivo hay que tratarlo con cuidado y pensar bien si es necesario o no antes de ponerlo en el texto. Os dejo algunos consejos muy útiles extraídos del libro El arte de reescribir de Silvia Adela Kohan, un manual imprescindible para el escritor que empieza:

1.Evitar el adjetivo innecesario. Si no hay necesidad, no adjetives

Un texto es más rico cuando es el lector quien puede deducir cómo es el ambiente o el aspecto de un personaje.

2. Evitar los adjetivos vagos e imprecisos

Como dijo Paul Valery: “El temor al adjetivo es el comienzo del estilo”.

3. No utilizar adjetivos redundantes si no tiene una función: “Un baño de sangre roja”

4. Evitar el uso de dos adjetivos seguidos, porque uno le quita importancia al otro

Si escribes, por ejemplo “Era claro y brillante”, uno adjetivo le quita claridad y el otro le quita brillo. Decide cuál de los dos debes poner, seguro que uno sobra.

5. No utilizar adjetivos decorativos, elegir el más significativo y eliminar el más obvio

La frase “Era una mañana magnífica, con un sol brillante y un cielo azul” podría quedar así si eliminamos un adjetivo obvio: “Era una mañana con un sol brillante y un cielo azul” y el lector ya se imagina que era “magnífica” que en esta caso es el adjetivo obvio que sobraría.

 

 

Imagen: PhotoDollarClub

Fuente: El arte de reescribir. Silvia Adela Kohan