La reescritura de tu novela es fundamental, es lo más importante después de haberla escrito. Nunca te conformes con el primer borrador. No pienses que tu novela está terminada cuando pongas el punto final en la última página. Ni te fíes de los halagos de familiares y amigos porque aunque lo hacen con la mejor intención y sinceramente, hay errores que ellos no pueden detectar porque lo leen con “buenos ojos”. Muchos autores se sorprenden de lo que puede mejorar su obra cuando un profesional la lee y corrige de manera imparcial y hace una lectura crítica para detectar cuáles son los puntos débiles y cuáles los puntos fuertes de tu novela. El autor, después de estar inmerso en su relato, pierde la perspectiva y muchos errores le pasan inadvertidos. Es importante no olvidar que el escritor llega a conocer su obra tan a fondo, que esa familiaridad le impide detectar posibles errores. Así pues, una vez que termines de escribir tu novela o relatos puedes hacer lo siguiente:

  1. Dejarlo “reposar” un tiempo en un cajón, antes de volverlo a releer con una mirada fresca

La distancia ayuda a detectar fallos y después de un tiempo, escenas que te parecían perfectas y emocionantes te pueden parecer poco creíbles, sin interés o suspense. Y los personajes que tanto te cautivaban, después de un tiempo de reposo, te pueden parecer poco convincentes. Deja reposar tu novela y verás como descubres aspectos que se pueden mejorar.

2. Lee  algunos pasajes de tu novela en voz alta

Si algo no suena auténtico, es que no lo es. Si al oírlo te parece falso o poco natural, le sucederá lo mismo a tus lectores. Revisa entonces el tono, los diálogos, la voz del narrador y las emociones y reacciones de tus personajes.

3. No te quedes con el primer título que pongas a tu obra

Reúnete contigo mismo y haz una “lluvia de ideas”. Escribe una lista de títulos y luego déjalos reposar también en el mismo cajón que el manuscrito. Cuando vuelvas a leer la lista, seguro que encuentras otro título más adecuado. No pongas títulos complicados, de palabras altisonantes o rebuscadas y que solo te suene bien a ti. El título atractivo debería ser seductor, evocador, sencillo pero que incite a leer el libro, que evoque un aspecto relativo a la obra de manera sutil y que sea fácil de recordar….

4. Revisa la estructura y el orden de los capítulos

¿Incita a seguir leyendo? ¿Es coherente? ¿Crea tensión y suspense?

5. Revisa la voz narrativa

¿Es creíble? No te olvides de lo que dijo Mario Vargas Llosa: “El narrador es el personaje más importante de la novela”

6. ¿Sobra información? ¿Es demasiado larga y aburrirá al lector?

¿Hay escenas innecesarias que no aportan nada y son solo una recreación del autor por demostrar su estilo estilo narrativo? Menos es más, no te olvides. Así que no tengas miedo de pulir y recortar texto, si son superficiales y no tienen valor para la trama y la acción.

7. ¿Es fácil identificarse o sentir empatía por el héroe o la heroína de tu historia? ¿Resultan creíbles? ¿Son humanos?

Estudia sus rasgos, dales tu sabiduría, tu madurez, tu conocimiento y hazlos avanzar. Que no se queden estancados en el primer capítulo. Hazlos crecer.

8. Párate a pensar en el arranque de la historia

¿Suscita interés? ¿Emociona? ¿Te da ganas de seguir leyendo? Si no es así, algo falla. El arranque  de la novela y el título son fundamentales en un libro. Si esto falla, apaga y vámonos.

8. Y por último, dedica un momento a valorar el final de tu historia

¿Ha merecido la pena llegar? ¿Le ha merecido la pena al lector leer tu novela? ¿Se resuelven los conflictos que se han planteado en la trama? ¿Es un final apoteósico? ¿Para recordar? ¿Es el final que prometía el arranque de tu novela? ¿El lector ha satisfecho sus expectativas con la lectura?

Si tienes dudas sobre tu manuscrito, los profesionales de la edición, asesores literarios y correctores pueden ayudarte a sacarle mejor partido a tu obra y a detectar estas cuestiones que a veces el propio autor no puede detectar. Y sobre todo, algo que nunca debe el autor es convertirse en su propio corrector. Esto no suele funcionar casi nunca.

 

 

Imagen: Photo Dollar Club